El Cementerio Municipal Construido en 1845, con su propio y llamativo templo, no es considerado un lugar triste a pesar de ser la morada donde reposan los restos de los seres queridos. A este lugar se llega por la Calle de Atrás. Llama la atención la presencia de muchísimos gatos en este lugar y la leyenda que se esconde detrás de ellos.